Leonardo da Vinci, La Gioconda (La Mona lisa). Museo Louvre. |
La belleza / Charles Baudelaire
Soy hermosa, ¡oh, mortales! cual un sueño de piedra,
Y mi pecho, en el que cada uno se ha magullado a su vez,
Está hecho para inspirar al poeta un amor
Eterno y mudo así como la materia.
Tengo mi trono en el azar cual una esfinge incomprendida;
Uno un corazón de nieve a la blancura de los cisnes;
Aborrezco el movimiento que desplaza las líneas,
Y jamás lloro y jamás río.
Los poetas, ante mis ampulosas actitudes,
Que parezco copiar de los más altivos monumentos,
consumirán sus días en austeros estudios;
Porque tengo, para fascinar a esos dóciles amantes,
Puros espejos que tornan todas las cosas más bellas:
¡Mis ojos, mis grandes ojos, los de los fulgores eternos!
Poema número 17 de Las flores del mal (edición de 1861).
Entrada dedicada al Día Mundial del Arte , que celebra el nacimiento de Leonardo da Vinci, ocurrido un 15 de Abril de 1452 en Achiano localidad de Florencia.