El palacio Contarini del Bovolo está considerado uno de los palacios más pequeños de Venecia construido en el año 1499, esconde en su puerta trasera una joya, una bellísima escalera de caracol, dentro de un pequeño patio interior lleno de antiguas fuentes bizantinas (creo recordar que conté siete) muy cerca de la salida había una pequeña y extraña escultura, que contribuyó más si cabe a llenar este lugar de misterio y magia. Ya en casa, pinté una serie de cuadros dedicados a las sensaciones de este lugar, entre ellos mi cuadro "No sé tú nombre" inspirado en el instante en el que "creí" "interrogar " a una una vieja escultura sin nombre y que aun hoy no estoy segura si estaba en aquel patio de Venecia.
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Maria Jesús Pérez Vilar. "NO SÉ TU NOMBRE" acrílico/ papel, 50 x 50 |
La escalera de caracol del Palazzo Contarini del Bovolo sobresale de su fachada en forma de torre cilíndrica tiene arquerías grandes y abiertas que permite ir viendo el exterior según se asciende o desciende por ella. Cuando decidí subir por la escalera tuve la sensación de que podría romperse en cualquier momento e incluso temía que "podría" cambiar de lugar como en los cuadros de M. C. ESCHER , tal es la fragilidad que percibí de su estado casi ruinoso. Al final de la escalera y bajo una cúpula se divisa una vista impresionante y diferente de Venecia, en contraste me sorprendió ver la ropa tendida en las viejas casas de alrededor.
Un creador de escaleras imposibles
Un escritor que amaba Venecia
«El encaje alzado de las fachadas venecianas es el mejor rastro que el tiempo, alias agua, haya dejado nunca sobre tierra firme. [...] Es como si el espacio, más consciente aquí que en ningún otro lugar de su inferioridad frente al tiempo, le respondiera con la única propiedad que éste no posee, con la belleza."
( las fotos de esta entrada son capturadas de páginas de turismo de Internet)